No tener margen de maniobra, no poder elejir libremente,
sentirse como una pequeña hoja en la torrente de un río enorme.
Es como si cada una de tus acciones, tus relaciones sociales,
lo que eres y sientes te llevara a empujones hacia una determinada meta.
Y no puedes hacer nada para cambiar eso, porque eres así... es lo que se espera de tí.
Es más fácil dejarse llevar por la corriente.
Pero, entonces, despiertas y te encuentras ahogado en la corriente más fuerte que puedas imaginar.
Intentas luchar, patalear en contra corriente, sabes que hay quien consiguió escapar.
Pero no hay nada que hacer, la corriente ya es muy fuerte... es más fácil dejarse llevar...